miércoles, 10 de diciembre de 2008

A una mujer hermosa


Dicen que los ojo son el espejo del alma, pero yo creo que no es así en este caso. Su esencia de mujer se refleja no sólo en sus ojos, sino en cada poro que hay en su piel, en la piel de seda. La seda sólo es producto de las flores ¿no es así? Correcto, esa bella mujer es una flor. Las flores son producto de la naturaleza y de la pureza. He ahí la respuesta. Esta mujer es una flor que ha crecido en el campo de la pureza, donde el agua cristalina se encuentra. Espero que sea siempre cuidada como una flor y que sea apreciada como la única flor existente en el jardin de la vida.

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