miércoles, 10 de diciembre de 2008

La princesa Mononoke


Hola, estimados lectores de este blog.

Quiero dejarles estas estrofas de la canción de la película "La princesa Mononoke". Gracias a mi amiga Verito por haberme prestado esa película.


Me fascina tu presencia,
me ilumina tu fulgor
como el arco que se trenza al disparar,
Vibras al rededor

Ahora yaces junto a mí,
Es intensa la sensación
Admire el momento en que te vi
tu belleza de corazón

Se que sientes un gran dolor
El puñal de la ira y del rencor
un nuevo Sol muy pronto verás
Mononoke no sufras más
Mononoke no sufras más

A mi abuelita



Ay abuelita... ¡que cosas suceden en esta vida! Cuando se es joven, se olvida uno de quien es, a donde va, etcetera. Mejor ni hablo, pues tu mejor que nadie sabe muchas cosas y no quisiera subestimar tu vejez.


¿Sabes? Quise aprender tantas cosas de ti, pero comprende, era un niño pequeño cuando te fuiste a otro lugar. Muy lejano. Ahora entiendo como es que las canas de tu cabello no eran motivo de burla, sino de respeto, pues viviste y conociste muchas cosas que yo con tantos libros no alcanzaria a conocer todo lo que tu conociste.


Esos lentes que utilizabas y que servian para ver de cerca la cara de uno de nosotros cuando mentiamos o escondiamos algo. ¡Que astuta eras! ¡Nadie te engañaba! ¿Y sabes que? Me acuerdo cuando me regañabas, pues era un niño muy inquieto.
Tus sabios dichos, que no muchos atendian, estan surtiendo efecto. "Dime con quien andas y te dire quien eres", "del dicho al hecho hay mucho trecho"... Caray, las he olvidado en su gran mayoria.


Ya te recuerdo en aquellos dias, musica de Agustin Lara. El rosario antes de dormir. La misa diaria a las siete de la mañana. Tus comidas a las horas justas. Pareciera que el tiempo pasaba lentamente por ti. Y ahora, estamos viviendo en un mundo apresudrado, abuelita.
Se que estas lejos, y ¿te puedo pedir un favor? No, no te preocupes, no quiero 10 pesos para comprar una cajita de dulces con el señor de la tienda. Aunque recuerdo ese dia, en que te pedi dinero y buscaste en todos los lugares para darme mis diez pesos. Era un muchacho malcriado, lo se.


Pero volviendo al favor: ¿podrias regañarme y ponerme pruebas en la vida? Necesito demostrarme a mi mismo que puedo superar cualquier adversidad. Necesito que hagas de mi un Hombre, como aquellos caballeros de tus epocas. No quisiera andar de traje y sombrero todos los dias. Pero si quiero ser un caballero de verdad. Un caballero donde las chicas de tu tiempo se enamorarian de mi. Pues quiero que me conozcas y bailemos esa cancion de Agustin Lara: Veracruz.

Heile Schintrel (Segundo escrito)



No queda más tiempo. La última hoja ha caído.
Hombres y Mujeres, marchen hacia el vacío,
que les espera impaciente para devorarlos.
para borrarlos de la vida y colocarlos en el olvido.


¿A qué temen? ¿A los dioses?
¿Temen a quien pretendieron ser?
¡No lo conseguieron! ¡Mediocres!
Pues no dedicaron el tiempo para conocerse a sí mismos.


Ahora, mírense, son basura.
Buscad las riquezas que acumularon.
Coman diamantes, beban dinero,
que por ustedes la naturaleza ha muerto.


Despierten de este sueño
Que lo que están leyendo ahora no es mas que una pesadilla.
Levántense y cambien su conducta,
que para que la última hoja caiga, llegará el día.

A una mujer hermosa


Dicen que los ojo son el espejo del alma, pero yo creo que no es así en este caso. Su esencia de mujer se refleja no sólo en sus ojos, sino en cada poro que hay en su piel, en la piel de seda. La seda sólo es producto de las flores ¿no es así? Correcto, esa bella mujer es una flor. Las flores son producto de la naturaleza y de la pureza. He ahí la respuesta. Esta mujer es una flor que ha crecido en el campo de la pureza, donde el agua cristalina se encuentra. Espero que sea siempre cuidada como una flor y que sea apreciada como la única flor existente en el jardin de la vida.